Calamares gigantes, peces enanos

El calamar gigante, con 10 metros de longitud y capturado el pasado mes en aguas del Océano Antártico parece ser el más grande de los que hasta ahora se han encontrado, con ojos del tamaño de neumáticos de coche; se piensa que puedan llegar a medir hasta 14 metros, sin duda son los invertebrados más grandes del planeta.

En fechas recientes también se describió como especie nueva la Paedocypris progenetica, aunque ya se descubrieron individuos de la misma hace más de diez años. Ser trata de un pariente de las carpas y los barbos que, por ahora, tiene el record de ser el vertebrado más pequeño: se han detectado hembras adultas que no alcanzan los 8 milímetros. Viven en cenagales del sureste asiático que están desapareciendo, debido a la explotación forestal, la urbanización y el aprovechamiento agrícola.

Algunas bacterias buenas

Se calcula que en el cuerpo humano hay alrededor de ¡cien billones! de células, pero cuidado: más del 90% son bacterias de nuestro intestino grueso. Lógicamente son mucho más pequeñas que las nuestras. Recientes investigaciones han puesto de manifiesto que el equilibrio entre estos millones de bacterias es muy importante para nuestra salud, y que el tipo de alimentos que ingerimos es determinante para conseguir este equilibrio entre bacterias beneficiosas (la inmensa mayoría) y perjudiciales. Una mala dieta o un tratamiento de antibióticos pueden romperlo y generar problemas.
�ltimamente se está relacionando, por ejemplo, el colon irritable con este equilibrio bacteriano: el descenso en el número de bacterias beneficiosas puede provocar el aumento de otras dañinas, lo que dispararía la respuesta del sistema inmunitario del cuerpo dando lugar a la inflamación; algunas investigaciones en ratones así lo han puesto de manifiesto.
El 75% de las bacterias que viven en nuestro intestino grueso no han sido todavía identificadas, su identificación es difícil pues no sobreviven fuera de su medio. Sí hemos conseguido conocer que uno de los elementos que fomentan el crecimiento de las llamadas buenas son los llamados fruto-oligo-sacáridos (FOS), que no se digieren y llegan intactos al intestino grueso sirviendo de alimento a las bacterias; los alimentos ricos en FOS son la cebolla, el puerro, el plátano, la manzana, el espárrago, la achicoria, el ajo, la alcachofa, el trigo, la cebada y el centeno. Cuatro gramos diarios de FOS son suficientes para que se desarrollen las bacterias beneficiosas, que mantienen a raya a las patógenas. También se pueden ingerir éstas en los yogures que tanto se publicitan, pero, en este caso, la mayor parte de las mismas no llegan al intestino pues no resisten el proceso de la digestión; estos lactobacillus o bífidobacterias se han relacionado con un papel positivo sobre el sistema defensivo evitando además las alergias alimenatrias.

Ã?ste no es el único papel importante que juegan las bacterias en nuestras vidas. De su función ecológica, industrial, medicinal… seguiremos informando.

Caminante, sí hay camino…

Nos llega esta noticia desde la Universidad de Sunderland (Inglaterra). Al parecer los caracoles no son muy exploradores y prefieren seguir el rastro de individuos de su especie para ahorrar energía. Los investigadores han llegado a esta conclusión: los que siguen a otros generan menor cantidad de ese precioso líquido viscoso que sus predecesores; el primero gastará casi el doble que el perseguidor. Normalmente, siguen la pista en el mismo sentido del que la dejó y se cree que así los machos localizan a las hembras en la temporada de apareamiento.

El calamar vampiro del infierno

El extraordinario «calamar vampiro de la noche» (Vampyroteuthis infernalis) es un pequeño cefalópodo oscuro que utiliza llamativas técnicas de evasión, con cuatro pares de tentáculos unidos por una membrana, que recuerdan las alas de un murciélago; el quinto par de tentáculos se ha transformado en un filamento retráctil; en relación a su tamaño, los ojos son enormes. Con frecuencia se presenta planeando por el agua, con la ayuda de sus tentáculos y sus aletas. Está recubierto con órganos que producen luz, llamados fotóforos; se piensa que lo ayudan a confundir a sus potenciales depredadores. Puede habitar en aguas con con muy bajas concentraciones de oxígeno, a profundidades entre 600 y 900 metros.

A quienes os gusten poco las películas de terror, no deberíais ver este video