La respuesta a por qué, en un proceso de seis millones años, hemos perdido el pelo, aún sigue sin responderse por completo. Tres hipótesis propone en una reciente artículo Mark Pagel (Universidad de Reading, Inglaterra) en la revista Investigación y Ciencia:
- La existencia de un antepasado simiesco semiacuático, para el cual el pelaje fue sustituido por una capa grasa aislante, más adecuada para este ecosistema. Nos faltan pruebas fósiles para validar esta explicación.
- En el calor de las sabanas parece más ventajoso andar sin pelo, aunque perdamos protección nocturna.
- La hipótesis que plantea el mismo Pagel es otra; la pérdida de pelo supone una ventaja para reducir el daño causado, que puede ser incluso la muerte, frente a parásitos externos como garrapatas, pulgas o piojos. Con otros mecanismos de abrigo, como hogueras o cuevas, el pelo se hace prescindible.
Se fue haciendo necesario el uso de ropa, sí que sabemos con más exactitud cuándo comenzamos a usarla: hace unos 72.000 años. ¿por qué lo sabemos con tal exactitud? En este video puedes conocerlo y, curiosamente, también hay una relación con los temidos piojos, que aún nos acompañan en nuestro camino: