¿Cómo afecta el polémico cambio horario a nuestra salud?
Romper los ritmos biológicos puede provocar problemas neurológicos y biológicos, sobre todo en personas con predisposición a fases depresivas, o personas con jaquecas o migrañas, más susceptibles a ver roto su ritmo vital. Hay quienes consideran el cambio horario como un pequeño jet-lag, que puede trastornar el sueño con efectos negativos sobre el trabajo y otras actividades.
En cuanto a las persona con fases depresivas, pueden aparecer algunos síntomas tras este cambio otoñal: apatía, falta de energía, expectativas negativas, baja autoestima, alteraciones en el apetito…Todo ello sin un motivo aparente, potenciadas por el descenso de las horas de luz hasta el final del año. El tener más horas de luz solar produce más vitamina D y, en general, es beneficioso para el cuerpo y la mente humanos; los largos atardeceres fomenta la realización de actividades deportivas. Esta ventaja se producirá con el cambio de marzo, ahora podríamos considerar en este sentido que el cambio es negativo.
El consejo que más hemos leído para entrar con buen pie en este nuevo horario es entrar poco a poco en él y fijar las horas nocturnas para comenzar el sueño de forma escalonada, no a una hora exacta.