Azúcares y edulcorantes

Los glúcidos constituyen nuestro principal combustible energético; de una forma sencilla podemos hacer una clasificación en almidones (los encontramos en los cereales o las patatas) y azúcares (en frutas y alimentos dulces). El azúcar que consumes normalmente en casa se extrae de la remolacha o de la caña de azúcar, pero no es el único, otros muy abundantes son la fructosa (el azúcar de las frutas y de la miel), la lactosa (en la leche) o la maltosa (o azúcar de malta que se obtiene principalmente de la cebada), entre otros. Constituyen una parte muy importante de nuestra dieta, indispensable para la actividad cerebral o la muscular.

¿En qué cantidad se debe ingerir el azúcar? No es fácil de responder; en una persona sin problemas puede rondar entre 30 y 50 gramos diarios, teniendo en cuenta que forma parte de muchos alimentos, aunque también es importante la frecuencia con que se tome. Cada gramo aporta 4 calorías, menos de la mitad de lo que aportan las grasas. También es verdad que el azúcar en cantidad excesiva puede ser peligrosa porque desajusta los delicados mecanismos de regulación que permiten almacenar y â??quemarâ? los azúcares simples, además puede acarrear otros problemas.

Para algunos científicos, el azúcar debería considerarse una «sustancia adictiva», sin embargo la falta de una comprobación científica hace que el acuerdo sobre esta cuestión aún no se haya alcanzado. Sí se ha demostrado que el consumo de azúcar estimula la liberación de endorfinas relacionadas con una grata sensación de bienestar, de ahí que algunas personas se sientan especialmente atraídas por los dulces.

Los edulcorantes no calóricos o bajos en calorías son sustancias que derivan o no del azúcar y que aportan muy pocas o ninguna caloría, endulzando los alimentos. No se puede considerar estrictamente necesario su uso en personas sanas, por las razones que hemos dado antes respecto a la función de los azúcares en el cuerpo humano. Incluso algunos de ellos, como el sorbitol, pueden dar lugar a diarreas si se ingieren de forma excesiva, ¿no te suena su nombra de los chicles?

Entre los edulcorantes más utilizados existen distintas clases, con grandes diferencias entre unos y otros, y pueden ser tanto derivados del azúcar como sucedáneos elaborados a partir de modificaciones en los componentes naturales.

Diversos estudios aseguran que el consumo de azúcar no tiene una relación directa con el aumento de peso. En un estudio, financiado por la Unión Europea, en el que participaron 400 voluntarios con sobrepeso procedentes de cinco países (Dinamarca, Holanda, Reino Unido, Alemania y España), se analizaron las dietas de los participantes para determinar quiénes consumían un exceso de grasa y quienes un exceso de hidratos de carbono, se dividió a los voluntarios en tres grupos y se estudiaron las consecuencias de reducir el consumo de grasas y sustituirlo por el de carbohidratos -en dos de los tres grupos-, mientras que el resto mantuvo sus pautas de alimentación. Los resultados preliminares demostraron que los dos grupos que aumentaron el consumo de azúcar e hidratos de carbono y redujeron el de grasa perdieron entre 1 y 2 kilogramos durante los seis meses que se prolongó el proyecto.

Sin embargo cada día nos bombardean más con productos light (al menos deben tener un 30% menos de calorías que los originales) para perder peso, aunque esto sólo se consigue si se combinan con una dieta baja en calorías, sana y equilibrada, y una actividad física regular.

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