Andrés, del que habréis tenido noticia recientemente en los medios de comunicación, padecía beta talasemia mayor, una enfermedad congénita, hasta hace unas semanas en que recibió con éxito el trasplante de células del cordón umbilical de su hermano Javier, genéticamente seleccionado. Se le considera prácticamente curado, la Ley de Reproducción Asistida de 2006 lo ha hecho posible.
En el dibujo, aparecido el pasado sábado en el diario EP, se explica el proceso:
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